lunes, 19 de enero de 2015

CUANDO EL DÍA PARECE NO AVANZAR

Tengo mi café caliente preparado encima de la mesa. Poco azúcar y muy bien acompañado con un pequeño trozo de bizcocho. Todo preparado para pasar una tarde de cielo plomizo en la que el termómetro marca 1°. En mi despacho, un ambiente mucho más cálido hace que pueda escribir, ni mucho frío, pero tampoco mucho calor, 21°. Y mientras espero a cierta persona, me pregunto, ¿qué es lo que pasa cuando el día parece no avanzar?

Algunas personas suelen pensar que la vida no es justa, que todo está contra ellos y por eso les sale mal todo lo que emprenden. Otras personas, suelen actuar de manera acelerada intentando conseguir rápidamente aquello que quieren. Y por último, están las que ven la vida pasar, pensando que  no merece la pena intentarlo.





Todos alguna vez hemos optado por alguna de estas tres versiones. ¿Ha estado mal? Nunca está mal lo que hacemos, pero sí, si no aprendemos de nuestros errores. Os cuento unos casos.

Un opositor levantándose para estudiar pensando lo injusto que es este país. Oposita para médico y no ve adecuado que le califiquen sólo por unas respuestas a un test. Alega que en otros países si quieres trabajar en un hospital te hacen interino desde el momento en que acabas la carrera. Esta persona, se queda en sus pensamientos y no lucha por lo quiere.

Una madre, haciendo la comida deprisa y corriendo, porque sus niños tienen que comer inmediatamente. Lo hace tan deprisa que se olvida de condimentarla, dejando la comida insípida. "Vísteme despacio que tengo prisa", suele decir el refrán.

Y por último, la persona que se centra en los pensamientos destructivos como, "no merece la pena intentarlo, sólo entra por esa puerta la gente que es realmente guapa".

Nuestro pensamiento puede ser el arma más eficaz para autodestruirnos. El que piensa que si lo intenta la gente se va a reír de él, está equivocado. Es preferible pensar: "prefiero ser tonto cinco minutos que no el resto de mi vida".

La gente piensa de nosotros lo que nosotros queremos que piensen. Por eso yo os animo en este café a descubrir vuestras cartas, para ver que cada uno tiene una carta que seguramente puede cambiar por otra. Sólo se necesita voluntad para conseguir lo que uno quiere.


2 comentarios: